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viernes, 16 de noviembre de 2012
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miércoles, 1 de agosto de 2012
IINCOHERENCIA, TRAICIÓN O LA VERDAD POLÍTICA DEL GOBIERNO DE LA REVOLUCIÓN CIUDADANA: a propósito de los activistas de izquierda acusados de terrorismo
sábado, 14 de julio de 2012
Paraguay y el golpe de estado parlamentario a ojos de lxs anarquistas
Con todo, el gobierno de Lugo implicó un cambio en la dinámica política del país, y por vía del ejecutivo vino a fortalecer a un nuevo jugador en la escena política: el progresismo de izquierda. Este progresismo de izquierda logró incrementar sus vínculos con los sectores populares a través de la gestión de programas y proyectos sociales y culturales, lo que le dio una visibilidad preocupante para los dos partidos tradicionales (ambos de derecha: el liberal y el colorado), de cara a las próximas elecciones (2013). Preocupante sobre todo para el partido liberal en tanto una parte interesante de su dirigencia de base y media, establecía una alianza con la izquierda progresista.
La amenaza del uso del juicio político como instrumento para sacar a Lugo del ejercicio del poder ejecutivo se hizo una constante desde los primeros días de la presidencia Lugo, al mismo tiempo que el gobierno, para combatir esa amenaza intentó, en general, dos caminos: controlar la conflictividad social y expandir la alianza gobernante hacia la derecha, incorporando a sectores del partido colorado al gobierno, El control social se hizo a través de los mecanismos clásicos de uso por gobiernos progresistas: combinación de negociación y cooptación con represión intensiva. La presencia en cargos de gestión y decisión en el ejecutivo de militantes y dirigentes de izquierda, así como de dirigentes de ongs, permitió sostener al gobierno un intercambio fluido de opiniones con los movimientos y organizaciones sociales, hacerlas parte de la gestión de proyectos y dotarles de recursos para llevar a cabo iniciativas y propuestas en el ámbito social, al mismo tiempo que en ámbitos de salud y otras áreas sociales, se incorporó masivamente a dirigentes o agentes sociales, estrechando el vínculo con las organizaciones sociales de base. La represión asumió dos vías principales: una, indirecta, fue a través de los partidos políticos de izquierda o progresistas que llamaron sistemáticamente a sus bases y entorno a no criticar y no entorpecer con movilizaciones “el proceso” y la segunda vía, directa, fue criminalizar a los movimientos sociales que aparecieran más “radicales”, vinculándolos con el supuesto “terrorismo” que lleva el nombre de EPP, una suerte de guerrilla surgida en el norte del país, con orígenes y desarrollo no muy claros, pero muy bien usado para justificar una dura represión a los movimientos campesinos de la zona.
La combinación de ambos factores provocó un inmovilismo de los movimientos sociales que duró toda la era Lugo.
Por otra parte, la cultura prebendaria colorada como forma de hacer política no fue combatida con éxito por parte de la izquierda y el progresismo en el poder. Salvo excepciones, las prácticas prebendarias y corruptas del coloradismo, sobre las cuales se asentaban sus relaciones electorales, fueron reproducidas por la izquierda en el poder, siendo alguna de estas prácticas filtradas a la prensa de derecha quienes la usaron para tildar a la izquierda de corrupta, en el afán de lavar la cara a la derecha, hasta el momento la representante por antonomasia de la corrupción. Tal es así, que incluso la práctica del arreo (llevar masas de gente a manifestaciones y movilizaciones a cambio de algunas compensaciones monetarias o alimenticias) también fueron usadas por la izquierda.
Es en este escenario, que se da la matanza de Curuguaty (viernes 15 de junio 2012) en la cual 11 campesinos y 6 policías fueron muertos en una balacera iniciada por la policía. Las muertes policiales, de acuerdo a declaraciones de testigos campesinos, se debieron a “fuego amigo”, todas menos una. La matanza fue aprovechada por la prensa derechista (casi la única existente en el país) para culpar a los campesinos, calificándolos de asesinos, delincuentes y terroristas, esto sin haber llevado a cabo ninguna investigación, medianamente seria sobre los hechos.
La izquierda se sumió en el estupor, el gobierno sólo aceptó la versión policial (funcional a la estrategia mediática de la derecha de criminalizar a los campesinos en lucha por la tierra) y los movimientos campesinos tomaron la iniciativa para solidarizar y actuar en terreno para ayudar a los campesinos y campesinas sin tierra que estaban siendo perseguidos, reprimidos y encarcelados en la zona.
Desde ese momento, hubo una tensión en la izquierda entre sectores que querían movilizarse solidariamente con los campesinos muertos (incluidos los policías, hijos de campesinos) y también para frenar el ataque criminalizador de la prensa hacia los campesinos en lucha por la tierra. Ese inmovilismo, con origen en el cálculo político y en el (lógico) miedo que infundía la prensa, posibilitó que no hubiera una respuesta inmediata al cerco mediático contra el movimiento campesino, en específico al sector menos orgánico de los sintierras, la liga nacional de carperos.
En ese escenario, lxs anarquistas nos centramos en solidarizar efectivamente a través de la movilización social en respuesta al ataque de la prensa y la derecha y en romper con el miedo que imperaba en el ambiente. Algunos logros tuvimos en ese camino, pese a las presiones que cierta parte de la izquierda ejercía para que su militancia no saliera del papel de espectadores de los acontecimientos. Recién 4 días después de la matanza, un lunes, pudimos realizar el primer acto solidario en la ciudad de Asunción, con ánimo movilizador y unitario. Unitario porque correspondía, por vínculos y participación, a la izquierda marxista ser parte activa en la solidaridad, y movilizador porque sabíamos que el costo del inmovilismo sería siempre mayor para el pueblo, que el inmovilismo no nos daba ninguna seguridad ante una derecha prejuiciosa, condenatoria y represiva.
Luego vino el golpe parlamentario. Esta situación para lxs anarquistas fue muy compleja de plantear, en tanto no queríamos que se nos confundiera con un apoyo al gobierno de Lugo. Nuestro enfoque fue el mismo que para la Matanza de Curuguaty: solidaridad y movilización. Veíamos que la única forma de frenar el avance de la derecha (y la violencia sobre los sectores pobres y populares del país) era movilizándose y saliendo a las calles y como no hay mejor llamado que el ejemplo, estuvimos en la plaza del congreso desde el primer momento del juicio político a Lugo. Durante los dos días del juicio permanecimos en la plaza, tratando de ayudar a desplegar creatividad, medidas de acción y cuidado pensando en asumir la resistencia llegado el momento.
Incluso en ese momento crítico, buena parte de la izquierda no estuvo a la altura de las circunstancias, esparciendo rumores, intranquilizando a lxs manifestantes, intentando controlar lxs opiniones y dando discursos erráticos de como enfrentar la situación. Tal es así que llegado el momento del cierre del juicio, con la condena a Lugo, la policía atacó fuertemente a la gente movilizada. Tan mala fue la preparación y el cuidado para con el pueblo que la gente escapó de los gases lacrimógenos y balines de goma en estampida, poniendo en riesgo la vida propia y ajena. No se habían tomado medidas preventivas llegado el caso y la información que circulaba era dispersa y controlada, con lo cual se daba fuerza a los rumores. Apostando todos sus esfuerzos en sostener el mito Lugo, la dirigencia de izquierda presente en la plaza del congreso, ya entrada la noche del día del juicio político sembró la esperanza de que Lugo vendría a resistir ahí, junto al pueblo paraguayo. Pero Lugo abandonó el cargo de presidente por televisión y en la plaza la gente se enteró por la transmisión radial. La decepción hizo que tres plazas que había demorado un día y medio llenar, se vaciaran en menos de una hora.
La sensación de derrota en la izquierda era tal, que al día siguiente mucha gente que llegó de madrugada a la plaza, a resistir, se encontró con un panorama que les hizo llorar: el abandono absoluto.
El sábado, primer día entero del gobierno golpista se tradujo en una lucha autogestionada contra el cerco comunicacional. Emprendida por trabajadores de la comunicación, tanto de la tv como de la radio públicas, la resistencia se hizo realidad en la tv pública, ubicada en el centro de la ciudad de Asunción. Una veintena de personas dio comienzo a esa resistencia y la convocatoria a apoyar y hacerse parte de la lucha se efectuó a través de mensajes de texto y llamadas por celulares. En una hora ya se podían contar unas 300 personas, hasta el momento que inició el programa micrófono abierto, amenazado de censura desde la noche anterior. Ese primer instante de lucha, con el micrófono amplificando las palabras de resistencia de quien quisiera, fue francamente una obra perfecta de resistencia y autogestión. Fuimos modesta parte de eso y por ello nos sentimos orgullosos en la modestia. Posteriormente, vista la magnitud que fue tomando la resistencia en la tv pública, los partidos políticos intentaron encausar, controlar y dirigir esta movilización. Se desplegó un “grupo de seguridad” que actuó agresivamente como policía interna. Se intentó controlar también la expresión y el decir de la gente, prohibiéndose las asambleas en ese lugar (que había comenzado por ser una asamblea abierta y autoconvocada) y también los carteles o escritos que se saliesen de las consignas estipuladas como prudentes. Al mismo tiempo se dio fuerza a las consignas luguistas y a la misma figura de Lugo.
El esfuerzo de resistencia intentó ser dirigido por la izquierda, que amplió el frente guasu (amplio) hacia la derecha vinculando a disidentes de los golpistas partidos colorado y liberal, al mismo tiempo que intentaba darse una base social más amplia, convocando también a las organizaciones sociales a esta ampliación, llamada ahora Frente de Defensa de la Democracia. Desde la constitución de este frente, todo fue intento de centralizar y controlar la manifestación de la gente en lo que era la cuadra de la tv pública. Recién a mitad de la semana siguiente es que la lucha pudo desbordar esa cuadra, iniciándose movilizaciones en el campo y la ciudad. Movilizaciones intermitentes de convocatorias en general masivas.
Un aspecto interesante es que la resistencia propuesta por el FDD y el ex gobierno luguista se denomina “pacífica” o de desobediencia civil. En lo práctico esa resistencia se reduce a una movilización a medias donde en todo instante se intenta no molestar a nadie para no ser tachados de “violentos”, con lo cual las acciones (mejor dicho inacciones) del FDD y el ex gabinete de Lugo se han convertido en funcionales a la normalización y tranquilización que quiere imponer el gobierno golpista, en plena faceta de acordar leyes y decisiones económicas que favorezcan, aún más, a las transnacionales y el capitalismo especulativo. El discurso noviolento y de desobediencia civil aparece entonces vacío de contenido y equivocado en sus propósitos: no hace verdadera resistencia en tanto no asume la conflictividad social cargada en el golpe de estado parlamentario y no usa el conflicto para desnudar el fondo represor y contra el pueblo del gobierno golpista. Prima hoy por hoy el calculo electoral.
Nos planteamos la resistencia como la respuesta adecuada al momento, en tanto esta permite autogestionar las luchas, autonomizar la respuesta al conflicto, asamblearizar el análisis y la toma de decisiones respecto a la resistencia y, por esa vía, romper la impronta cultural política del coloradismo, es decir romper con las prácticas políticas del clientelismo, dependencia y venta de cargos. Una resistencia en serio permitirá hacer cambios de fondo en la cultura política y social paraguaya, quebrando así con costumbres funcionales a la dominación oligárquica que hoy por hoy nos afectan.
Quienes asumen la resistencia en serio se ven dificultados por el sector timorato y centrado en el cálculo electoral de la izquierda, que verbalmente asume la resistencia, pero en la práctica inmoviliza o moviliza sólo en función de levantar figuras y candidaturas a escondidas, aún a costa del descrédito en que están cayendo.
Grupo de Afinidad "La Calle"
Asunción, 03/07/2012
domingo, 29 de abril de 2012
1 ro de mayo anarquista
En 1880 quedó conformada la federación de organizaciones de sindicatos y trade unions (Federation of Organized Trades and Labor Unions), y en 1884 se aprobó una resolución para establecer a partir del primero de mayo de 1886, mediante la Huelga General en todo EEUU, las ocho horas de trabajo. Esto despertó un interés y un apoyo generalizado, ya que por aquella época el horario de trabajo obligatorio era de 10, 12 o 14 horas diarias normalmente. De estas jornadas tampoco estaban excluidos l@s miles de niñ@s, ni por supuesto las mujeres a quienes se les pagaban salarios inferiores, sin mencionar que de por sí los salarios eran muy bajos y las condiciones de trabajo insalubres. La efervescencia fué tal en todo EEUU que los sindicatos y las trades unions aumentaban geométricamente. Por ejemplo, el número de miembros de los Caballeros del Trabajo subió de 100.000 en el verano de 1885 a 700.000 al año siguiente.
En 1885 volaba de mano en mano entre los trabajadores de EEUU una octavilla que decía:
El 1º de Mayo de 1886 la paralización de los centros de trabajo se generalizó. La huelga paralizó cerca de 12.000 fábricas a través de los EEUU. En Detroit, 11.000 trabajadores marcharon en un desfile de ocho horas. En Nueva York, una marcha con antorchas de 25.000 obreros pasó como torrente de Broadway a Union Square; 40.000 hicieron huelga. En Cincinnati un batallón obrero con 400 rifles Springfield encabezó el desfile. En Louisville, Kentucky, más de 6000 trabajadores, negros y blancos, marcharon por el Parque Nacional violando deliberadamente el edicto que prohibía la entrada de gente de color. En Chicago que era el baluarte de la huelga, paró casi completamente la ciudad. 30.000 obreros hicieron huelga, aunque empresas como en la fábrica de materiales de Mc Cormick y alguna otra se dieron a la tarea de contratar esquiroles. El día 2 se realizó un mitin de los obreros despedidos de Mc Cormick para protestar por los 1.200 despidos y los brutales atropellos policiales. Mientras Spies dirigía su discurso a un grupo de 6000 a 7000 trabajadores, unos cuantos centenares fueron a recriminar su actitud a los esquiroles que en ese momento salían de la planta. Rápidamente llegó la policía, cuya acción dejó seis muertos y gran cantidad de heridos. La indignación ganó los corazones de los trabajadores movilizados. Spies corrió a las oficinas del Arbeiter Zeitung y publicó allí un manifiesto que fué distribuido en todas las reuniones obreras: "(...) Si se fusila a los trabajadores responderemos de tal manera que nuestros amos lo recuerdarán por mucho tiempo (...)".

El 3 de mayo, el crecimiento de la huelga era "alarmante". En el movimiento participaban más de 340.000 trabajadores por todo el país, 190.000 de ellos en huelga. Solo en Chicago, 80.000 hacían huelga. En este momento candente, el Arbeiter Zeitung hizo un llamamiento a la lucha armada, como siempre lo había hecho, salvo que ahora tenía un claro tono de urgencia:
En las salas de reunión de los proletarios rugían intensos debates; "el tigre capitalista" efectivamente había atacado y miles debatían cómo responder. Importantes facciones querían una insurrección. Se convocó una reunión popular en la plaza Haymarket para la noche del 4 de mayo. Preocupados por la posibilidad de una emboscada, los organizadores escogieron un lugar abierto y grande con muchas rutas de escape. Después de una reñida disputa retiran su llamamiento a un mitin armado y en su lugar convocan un mitin con el mayor número de asistentes posible. El 4 de mayo, todo Chicago está en huelga.

Por la mañana la policía atacó una columna de 3000 huelguistas. Por toda la ciudad se formaron grupos de trabajadores. Al atardecer, Haymarket era una de las muchas reuniones de protesta, con 3000 participantes. Los discursos siguieron, uno tras otro, desde la parte de atrás de un vagón. Al comenzar a llover, la reunión se disolvió.

De repente, cuando solamente quedaban 200 asistentes, un destacamento de 180 policías fuertemente armados se presentó y un oficial ordenó dispersarse, a pesar de tratarse de un mitin legal y pacífico. Cuando el capitán de policía se volvió para dar las órdenes a sus hombres, una bomba estalló en sus filas. La policía transformó a Haymarket en una zona de fuego indiscriminado, descargando salva tras salva contra la multitud, matando a varios e hiriendo a 200. En el barrio reinaba el terror; las farmacias estaban apiñadas de heridos. Siete agentes murieron, la mayoría a causa de balas de armas de la policía.

La clase dominante usó este incidente como pretexto para desatar su planeada ofensiva en las calles, en los tribunales y en la prensa. Comenzó una caza de brujas en contra, principalmente, de los anarquistas. Se clausuraron los periódicos, se allanaron las casas y locales obreros y los mítines fueron prohibidos a lo largo y ancho de todo el pais. Los medios de comunicación se abalanzaron contra todo lo que tuviera signo de revolucionario o subversivo y a los mil vientos lanzaban proclamas a la horca y al patíbulo.
El 5 de mayo en Milwaukee, la milicia del Estado respondió con una masacre sangrienta en un mitin de trabajadores; acribillaron a ocho trabajadores polacos y un alemán por violar la ley marcial. En Chicago, se llenaron las cárceles de miles de revolucionarios y huelguistas. Arrestaron a todo el equipo de imprenta del Arbeiter Zeitung y la policía detuvo a 8 anarquistas: George Engel, Samuel Fielden, Adolf Fischer, Louis Lingg, Michael Schwab, Albert Parsons, Oscar Neebe y August Spies. Todos eran miembros de la IWPA (Asociación Internacional del Pueblo Trabajador), asociación de corte -de lo que años después se denominaría como- anarcosindicalista.

El juicio fue totalmente manipulado, en todos los sentidos, siendo mas bien un linchamiento. Se les acusaba de complicidad de asesinato aunque nunca se les pudo probar ninguna participación o relación con el incidente de la bomba ya que la mayoría no estuvo presente y uno de los dos que estuvieron presentes era el orador en el momento que la bomba fue lanzada.
No se siguió el procedimiento normal para la elección del jurado, que acabó siendo formado por hombres de negocios y un pariente de uno de los policías muertos, y en su lugar se nombró un alguacil especial quien se jactó: "estoy manejando este proceso y sé qué debo hacer. Estos tipos van a colgar de una horca con plena seguridad". Tuvieron lugar una infinidad de manipulaciones, amenazas y sobornos para que se dieran testimonios ridículos sobre conspiraciones. El asunto era simple y estaba todo muy claro; el mismo fiscal Grinnel lo dijo: "La ley está en juicio. La anarquía está en juicio. El gran jurado ha escogido y acusado a estos hombres porque fueron los líderes. No son más culpables que los miles que los siguieron. Señores del jurado, condenen a estos hombres, denles un castigo ejemplar, ahórquenlos y salven nuestras instituciones, nuestra sociedad". Todos fueron encontrados culpables y sentenciados a muerte, a excepción de Oscar Neebe, condenado a 15 años de prisión.

La cuestión de quién arrojó la bomba se ha debatido pero jamás se ha resuelto. Parece que fue un tal Rudolf Schnaubelt y que la fabricó Louis Lingg (quien ciertamente defendía a gritos el uso de la dinamita). Una importante pregunta es quien era realmente Schnaubelt, pero no se ha encontrado respuesta.
A los condenados los llamaron a hablar antes de sentenciarlos. No mostraron ni arrepentimiento ni remordimiento, era la sociedad la que estaba en juicio, no ellos:
August Spies, nacido en Alemania en 1855, era un orador ardiente:
Alberto Parsons, nacido en EEUU en 1848:
Jorge Engel, nacido en Alemania en 1836:
Adolfo Fischer, nacido en Alemania en 1857:
Luis Lingg, nacido en Alemania en 1864:
Surgió un gran movimiento en su defensa y se celebraron mítines por todo el mundo: Holanda, Francia, Rusia, Italia, España y por todo Estados Unidos. En Alemania, la reacción de los trabajadores sobre Haymarket perturbó tanto a Bismarck que prohibió toda reunión pública. Al aproximarse el día de la ejecución, cambiaron la sentencia de Samuel Fielden y Michael Schwab a cadena perpetua. Louis Lingg apareció muerto en su celda: un fulminante de dinamita le voló la tapa de los sesos. Sin más opciones, este fue su acto final de protesta.
Al mediodía del 11 de noviembre de 1887 sus carceleros los vinieron a buscar para llevarlos a la horca. Los cuatro (Spies, Engel, Parsons y Fischer) compañeros de lucha y de sueños emprendieron el camino entonando La Marsellesa Anarquista en aquel día que después fue sería conocido como el viernes negro.

«Salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: "la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable». (Relato de la ejecución por José Martí, corresponsal en Chicago del periódico La Nación de Buenos Aires)
Mucho antes, a finales de mayo de 1886, varios sectores patronales ya habían accedido a otorgar la jornada de ocho horas a varios centenares de miles de obreros.
Más de medio millón de personas asistieron al cortejo fúnebre. Años después, en 1893, Fielden, Schwab y Neebe fueron perdonados y puestos en libertad. Cada 1 de mayo, en muchos paises del mundo, los anarquistas de Chicago son recordados como símbolo de dignidad de la clase trabajadora, menos en Estados Unidos. En 1938 se impuso la jornada laboral de 8 horas en todo el pais.
Irónicamente, pasado más de un siglo, en los mismos Estados Unidos y en Europa, cuna del movimiento obrero revolucionario, estas conquistas obreras están siendo revertidas por gobiernos y multinacionales sin apenas disparar un solo tiro, y sin tener que llevar a nadie a la horca. Ahora todo es más sutil, los sindicatos subvencionados están a disposición del mejor postor, traicionando los mandatos y olvidando las luchas y el sacrificio personal de miles de trabajadores y trabajadoras y de quienes, desde el aciago 1886, se les conoce como "los mártires de Chicago".

A. Lorenzo}
http://madrid.cnt.es/1-de-mayo/historia/
jueves, 5 de abril de 2012
LAS DOS SIEMBRAS

—Buen labrador, ¿qué siembras?
El labrador levantó la vista y respondió:
—Siembro mansedumbres, siembro resignaciones, santas virtudes que tienen el privilegio de abrir las puertas del cielo a los que sufren con paciencia las torturas de la miseria y los castigos de la tiranía.
Así habló el labrador, y, suspirando, reanudó su tarea entregando al surco la simiente y sus lágrimas.
Pasaron los siglos, y el labrador, encorvado, sembraba, sembraba.
—Buen labrador, ¿qué siembras?
El labrador levantó la vista y respondió:
—Siembro mansedumbres, siembro resignaciones, santas virtudes que por el amor tienen que suavizar las mano del tirano. ¡Nada como el amor para ablandar los corazones de los malos!
Así habló el labrador, y, suspirando, fue depositando en el surco la simiente y sus lágrimas.
Pasaron los siglos, y el labrador, encorvado, sembraba, sembraba.
—Buen labrador ¿qué siembras?
El labrador levantó la vista y respondió:
—Siembro mansedumbres, siembro resignaciones, santas virtudes que salvarán a la humanidad de la miseria y la esclavitud.
Así habló el labrador, y, suspirando, continuó entregando al surco la simiente y sus lágrimas.
Pasaron los siglos, y siglos de siglos, y siglos de siglos de siglos y el labrador sembraba, sembraba, sembraba sus santas virtudes, y la miseria y la esclavitud continuaban siendo el premio a la resignación y a la mansedumbre hasta que la fuente de sus lágrimas se secó, y sus ojos, libres de la venda del llanto, pudieron ver con claridad. Los dirigió al espacio, y no vio más que astros, astros y astros, soles como el que nos alumbra y tierras como la que habitamos. ¡La Tierra está en el cielo! —gritó. La Tierra forma parte del cielo, —añadió—, y sintió que algo se desplomaba en el fondo de su ser: era la fe en lo sobrenatural que es una cadena más fuerte que la cadena de hierro. Comprendió entonces, que otra tenía que ser la semilla que había de sembrar e inclinado sobre el surco sembraba, sembraba, sembraba.
—Buen labrador, ¿qué siembras?
El labrador levantó la vista y respondió:
—Siembro rebeldías. La simiente santa que ha de conquistar para el hombre este paraíso que llamamos tierra. La rebeldía del pensamiento derribo los tiranos del cielo; la acción rebelde derribará los tiranos de la Tierra.
Así habló el labrador, y, reanudando su tarea, se perdió en el horizonte sembrando, sembrando, sembrando la santa semilla de la Anarquía.
Ricardo Flores Magón
domingo, 18 de marzo de 2012
El fuego nuevo
Salud Compañerxs
Chasqui Anarquista prensa rojinegra, espacio comunicacional popular abre este portal para la conectividad, el recuento de la memoria histórica y la difusión de las ideas libertarias.
Somos los y las chasquis corriendo por latinoamérica llevando las noticias y eventos con nuestras propias voces.
Gritaremos libres y solidarixs en donde reina el silencio complice de la dominación y explotación. Salud y Anarquía! Bienvenidxs